Cada vez que voy a un sitio nuevo siento la inminente necesidad de charlar con los vecinos y gentes del lugar, si no lo hago es como no haber estado allí. Me es imposible no unir pueblo y población, lugar y lugareños, ciudad y ciudadanos, ¿qué sería pues de éstas si nadie las habitase?
Es por ello que podría describirlas sin apenas transitarlas. El entorno y el ambiente no lo crean los monumentos, iglesias o centros milenarios que en el paraje se levanten, sino quienes recorren sus calles y las amenizan con su vaivén.
1 comentario:
En Ámsterdam estuve como cuatro horas hablando con un argentino. Esa noche comprendí de qué iba el peronismo. Hoy no lo tengo tan claro.
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